Lo más probable es que si os digo “piedra, papel o tijera, un dos tres, ¡ala! Otra vez empate” o “yo iba pa’ hombre, pero me quedé en mono”, sepáis de que spots os estoy hablando. Pero quizá, muchos no serías capaces de distinguir o recordar, cuál de los dos pertenece a Mixta y cuál a Ono. Esto se debe a la gran similitud que tienen las campañas, pues ambas utilizan un humor un tanto diferente, que no va ligado directamente al producto que se publicita. Cabe decir, que en el caso de Ono, la unión es más clara.
Si algo es verdad a la hora de hablar de estas campañas es que se tratan de unos anuncios totalmente extremistas. Es decir, o te encantan, o los odias, no hay término medio (al menos yo no he conocido a nadie que le sea indiferente). Sin embargo, las dos han conseguido algo esencial: que se les recuerde. Aún así, personalmente hablando, considero que aunque el hecho de que se les recuerde es importante, que el público no sea capaz de diferenciarlos me parece también importante, pues en la mayoría de casos los espectadores al rememorar los spots, lo relacionan con uno u otro.
Aún así, considero que ambas campañas son muy buenas, pues aunque a la gente le cueste diferenciarlas cuando las recuerdan, a fin de cuentas, las recuerdan.
2 comentarios:
a mí no me gustan especialmente, pero reconozco que son diferentes.
y sobre lo de recordar la campaña pero no asociarla a una marca, creo que es un error que cometen muchas veces las agencias en la creación de los anuncios.
hay realmente pocos que se recuerden con la asociación tras años, y generalmente cuando pasa esto es porque incluían jingles.
estoy de acuerdo, pero yo me refiero a que recuerdan que los anuncios son de Mixta o de Ono, aunque no recuerden inmediatamente cuál es de quien, saben que es alguno de los dos.
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